La detención de Marta Dominguez deja a España con la boca abierta.
El dopaje, enemigo aparente de los deportistas, levanta sospechas en diferentes ámbitos deportivos, causando detenciones e investigaciones a las que se ha bautizado como el Caso Galgo.
La presunta implicación en una red de tráfico de sustancias prohibidas de Marta Dominguez deja clara la falta de legalidad de los deportistas y la existencia de estos sucesos en competiciones de élite. Atrás quedó el juego limpio, un orgullo para España.
No sería raro que tras lo sucedido con la atleta, empezaran a encontrarse más sustancias relacionándolas con deportistas que hoy en día consideramos incluso héroes; que admiramos y seguimos su actividad.
Esto levanta decenas de interrogantes, sobre los títulos ganados hasta ahora, o el amor o pasión que supuestamente sienten estos deportitas por sus actividades.
Hay quien afirma en las encuestas de las televisiones privadas, que tanto recurren a la opinión pública, que entiende el dopaje porque están sometidos a grandes presiones.
Lo que hace a un artista es superar todas las situaciones, vengan las que vengan, en cualquier escenario, bajo cualquier circunstancia. Un atleta no difere mucho de un artista. Tienen que destacar con sus habilidades, por encima de todo lo que intente arrollarles; pero no todos consiguen superarlo.
Me gustaría saber, si la atleta contestase con sinceridad, si se siente orgullosa de los premios recibidos en caso de que todos o parte de ellos hubieran sido el resultado de un doping. O tal vez no querría saber la respuesta, por si me pudiera a dejar más decepcionada.
Esperemos que se haga justicia con quién ha infringido las normas... pero sobre todo con los españoles, que sentimos que las celebraciones han sido una tomadura de pelo por no ceñirse a la pura deportividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario